"Habrá epidemias por todas partes": Jesucristo
Predijo Jesús:
Lucas 21:11
(BAD) Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo.
Otras versiones de la Biblia traducen la palabra "epidemias" por pestes, pestilencias, o grandes enfermedades.
La palabra griega usada por el médico Lucas para referirse a lo que predijo Jesucristo es loimos (λοιμός), sobre la cual comenta un Diccionario (Nuevo Testamento de W. E. Vine):
"Pestilencia, cualquier enfermedad infecciosa y mortífera. Se utiliza en plural en Lucas 21:11 «pestilencias»; se utiliza también en Mateo 24:7 «pestes»; en Hechos 24:5 se usa metafóricamente: «este hombre es una plaga» (RV: «pestilencial»).
Jesucristo sabía muy bien lo que era la salud. Él jamás enfermó. No supo lo que era un dolor de cabeza, una diarrea, una fiebre. Su genoma era perfecto. Era imposible que desarrollara una condición como síndrome de Down, o que sus células detuviesen en algún momento su proceso de reproducción continua, lo que con el tiempo le ocasionaría a su cuerpo osteoporosis, cáncer, diabetes o sencillamente el envejecimiento.
Pero como predijo Isaías:
Verdaderamente nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó.
Sí, Jesucristo sabía que la gente enfermaba, y sufría por ello. Sentía ternura y compasión por el hombre y la mujer enfermos, llenos de dolor, de baja autoestima, que no podían tener una vida normal y digna.
Él predijo que la existencia de enfermedades en un lugar tras otro del planeta, sería una señal que tener a consideración.
Y es que 2000 años después de Jesús estar en la Tierra, vemos mayor prueba de la veracidad de sus palabras.
Prueba de ello lo refleja el Informe sobre la salud en el mundo 2008, publicado por la Organización Mundial de la Salud.
Veamos lo que se dice en dicho informe: Fuente:
http://www.who.int/whr/2008/08_report_es.pdf
"¿Por qué renovar la atención primaria de salud (APS), y por qué ahora más que nunca? La respuesta inmediata es que los Estados Miembros lo están pidiendo claramente, y no sólo los profesionales de la salud, sino también los responsables políticos.
La globalización está afectando a la cohesión social de muchos países, y no cabe duda de que los sistemas de salud, elementos fundamentales de la estructura de las sociedades contemporáneas, no están funcionando todo lo bien que podrían y deberían.
La gente está cada vez más descontenta ante la incapacidad de los servicios de salud para proporcionar un nivel de cobertura nacional que satisfaga la demanda y las nuevas necesidades, y ante el hecho de que los servicios prestados no sean acordes con sus expectativas. Es difícilmente rebatible que los sistemas de salud tienen que responder mejor y con mayor rapidez a los desafíos de un mundo en transformación. Y la APS puede afrontar esos desafíos".
Dichas palabras reconocen una verdad:
la población requiere salud.
El sistema sanitario mundial ha tenido sus éxitos. Por ejemplo, cuando Ali Maow Maalin enfermó de viruela en Somalia, en 1977, fue a parar al hospital y se convirtió en noticia de primera plana. Una vez curado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en 1980 que la viruela, culpable de millones de defunciones a lo largo de los siglos, había sido erradicada de la faz de la Tierra. Ali fue la última víctima registrada.
Sabemos que la viruela fue erradicada. Y otras enfermedades, debido al programa de inmunización, parecen ser cosa de los libros de historia.
¿Qué podemos decir de los más de treinta millones de casos de HIV/SIDA, los casos de Tuberculosis, Cáncer, Enfermedades Coronarias, y las Enfermedades Tropicales, como el Paludismo, que se creía erradicado?
Eso sin contar con las enfermedades infantiles, o las que afectan específicamente según la edad, la raza, el género, o los casos producidos por los desastres naturales, y la pobreza.
Veamos este gráfico, tomado del citado informe:
El cuadro encerrado con línea amarilla representa los años 2004-2010, en los que murieron más personas por enfermedades coronarias, cáncer, accidentes de tránsito, que debido a enfermedades infecciosas.
Recordando lo que predijo Jesucristo, las epidemias, o enfermedades extendidas por toda la Tierra son de diversos tipos, tanto infecciosas como producto de otras causas.
Por ejemplo, el estrés.
El desempleo, el alto costo de la vida, el tráfico en nuestras ciudades, obesidad, y problemas personales, causan estrés. Y el estrés afecta nuestro sistema circulatorio. Ahora bien, no podemos decir que el estrés sólo lo sufren los que viven en Estados Unidos o Europa. Es mundial.
Y respecto a la calidad de vida, conociendo su incidencia en el aumento de las enfermedades, al ver esa imagen repetida en todos los continentes, ¿puede creerse que lo que Jesús predijo sobre las epidemias no se está cumpliendo?