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La parábola de los talentos


Jesús respondía una pregunta:

¿Qué será la señal de tu presencia y del fin del mundo?

Y como parte de su respuesta, ilustró a ciertos grupos de personas. Lo hizo por su medio favorito de enseñanza: las parábolas.

Así se relata la parábola de los talentos:

Manténganse alerta, pues, porque no saben ni el día ni la hora.

Porque es justamente como un hombre que, estando para emprender un viaje al extranjero, mandó llamar a sus esclavos y les encargó sus bienes.

Y a uno dio cinco talentos; a otro, dos; y a otro, uno, a cada uno según su propia habilidad, y se fue al extranjero.

Inmediatamente, el que recibió los cinco talentos se fue y negoció con ellos y ganó otros cinco. Así mismo, el que recibió los dos ganó otros dos.

Pero el que recibió solamente uno se fue, y cavó en la tierra y escondió el dinero en plata de su amo.

Después de mucho tiempo vino el amo de aquellos esclavos y ajustó cuentas con ellos.

De modo que se presentó el que había recibido cinco talentos y trajo cinco talentos más, diciendo: ‘Amo, me encargaste cinco talentos; mira, gané otros cinco talentos’.

Su amo le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’.

En seguida se presentó el que había recibido los dos talentos, y dijo: ‘Amo, me encargaste dos talentos; mira, gané otros dos talentos’. Su amo le dijo: ‘¡Bien hecho, esclavo bueno y fiel! Fuiste fiel sobre unas cuantas cosas. Te nombraré sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu amo’.

Por último se presentó el que había recibido un solo talento, y dijo: ‘Amo, yo sabía que eres hombre exigente, que siegas donde no sembraste y recoges donde no aventaste. De modo que me dio miedo, y me fui, y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo tuyo’.

En respuesta, su amo le dijo: ‘Esclavo inicuo e indolente, ¿conque sabías que yo segaba donde no sembraba y recogía donde no aventaba? Pues, entonces, deberías haber llevado como depósito mis dineros en plata a los banqueros, y, al llegar yo, estaría recibiendo lo que es mío con interés.

Por tanto, quítenle el talento y dénselo al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, más se le dará, y tendrá en abundancia; pero en cuanto al que no tiene, hasta lo que tiene le será quitado.

Y al esclavo que no sirve para nada, échenlo a la oscuridad de afuera. Allí es donde será su llanto y el crujir de sus dientes’.

Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono".
Mateo 25:13-31

La parábola tiene algunos matices que destacar. Jesús finaliza con la frase "manténganse alerta, pues, porque no saben ni el día ni la hora" la parábola previa a la de los talentos, que es la de las vírgenes necias y las discretas. Y esa misma frase establece un puente con esta parábola que se está analizando.

Jesús vino a la Tierra hace 2.000 años. Hizo su labor, y regresó al Cielo. Dejó una serie de instrucciones que sus seguidores debían realizar.

Pero mientras tanto, sucedería que específicamente Él regresaría en Su Presencia. ¿Qué pasaría en ese tiempo durante la Presencia de Cristo? ¿Estarían TODOS los llamados "cristianos" en la condición apropiada ante Cristo Jesús?

No, por lo que entendemos de sus parábolas proféticas. No saber ni el día ni la hora sería una prueba para los cristianos. Muchos esfuerzos se han hecho a modo de saber CUÁNDO vendría Cristo a ajustar cuentas con sus seguidores.

Por cierto, vale la pena aclarar que TODOS los que pertenecen a la esfera del mundo "cristiano" se las verían de una forma u otra juzgados durante la Presencia de Cristo. No importa la religión o confesión religiosa "cristiana" en la que se estuviera.

Al ver la parábola, se ve que el Amo, Jesucristo, figurativamente de "talentos" a 3 grupos de seguidores según su habilidad.

Al cambio actual, un talento de oro, equivaldría a cerca de 2.000.000 de dólares. De modo que quien recibió 1 talento de oro, es equivalente a que le hayan dado 2.000.000 de dólares para negociar. Quien recibió 2 talentos, tendría el doble del primero, es decir, 4.000.000 de dólares para negociar, y el que recibe 5 talentos de oro, recibe 10.000.000 de dólares para negociar.

¿Qué esperaba Jesús transmitir con esta parábola?

Si la parábola de las diez vírgenes trata la idea de estar preparados, la de los talentos habla de ser productivo. La de las diez vírgenes de estar
vigilando, la de los talentos de estar trabajando. No es ninguna coincidencia que el Señor enseñara estas dos parábolas una tras la otra. Porque son ideas paralelas.

El cristiano debía estar vigilante y trabajando para el Amo Jesucristo. Cuando este llegara, le encontraría alerta y con resultados producidos. Porque los resultados se producen ANTES de la Presencia de Cristo, no DESPUÉS.

¿Cómo ser productivos según la propia habilidad?

No todos tenemos las mismas responsabilidades. Pero cada uno de nosotros debemos de ser fieles. El Señor pide de todos nosotros fidelidad.

No todos los cristianos son iguales. Algunos tienen mayores dones, talentos personales, potencialidades latentes que usar a favor de Dios.

Es evidente que hay una clase especial de cristianos que sí tiene la responsabilidad, la obligación y la oportunidad de hacer más, ser productivos para Jesucristo: los coherederos con Cristo en el Reino de los Cielos, los engendrados por espíritu.

¿Razón? Tienen espíritu santo, tienen la capacidad de entender secretos sagrados, de discernir aspectos de la voluntad de Dios que sencillamente otros cristianos que no son herederos del Reino, no tienen. Son hij@s de Dios, participantes del llamamiento celestial.

Es a ell@s a quienes dirige Jesús esta parábola.

Cada cual, según su propia habilidad, debe usarla para producir más para el Reino.

Hay una clase de cristianos que tienen figurativamente 5 ó 2 talentos. Y tienen ganancia del 100%.

Los talentos, en líneas generales, muestran que nuestro tiempo, fuerza, habilidad y oportunidades, deben usarse para generar ganancia para el Reino de los Cielos. Una consciencia que particularmente tiene un heredero del Reino de Dios.

Evidentemente hay una gran tentación para estas tres clases de siervos:

Primero, el que es muy talentoso (el siervo de 5 talentos) puede confiarse en lo que él tiene y no se preocupa en incrementar, pues ya tiene mucho. Pocos son los que tienen tantos talentos como este, pero son los que tienen la mayor responsabilidad. Es claro que los mejores dones requieren del mejor servicio y el mejor resultado.

Segundo, el hombre de 2 talentos no es tan hábil como el de 5, pero es dos veces más hábil que el de 1, y es fácil para el caer en la tentación de permanecer inmóvil en la mediocridad.

Este, puede decirse, que es el cristiano promedio. La mayoría de los herederos del Reino de Dios, participantes del Nuevo Pacto (144.000) son cristianos promedio, no son súper cristianos pero no son holgazanes tampoco.

Tercero, el siervo de 1 talento es uno que no hizo NADA.

Nunca se esforzó por crecer espiritual y psicológicamente, ser más, ser mejor.

Es el que se mantiene como un bebé en Cristo.

En la parábola, este siervo estaba perdido, no porque solo tenía un talento, sino porque no uso lo que tenía. Ni siquiera intento adquirir más.

Hasta que el Señor regresa y pide cuenta a Sus siervos.

¡Note que el día de dar cuentas vendrá!

Los 2 esclavos que recibieron 5 y 2 talentos INMEDIATAMENTE se fueron a trabajar.

El que recibe 1 talento va y lo entierra por miedo.

No hay palabras más hermosas que un cristiano pueda oír que “Bien, buen siervo y fiel”.

El fracaso del siervo de un talento es el punto principal de la parábola. ¿Por qué fracasó? Por usar con negligencia su talento. Individuos, y congregaciones enteras, tendrán que dar cuenta a Dios de cómo fue que usaron sus talentos.

¿Qué puntos destaca la parábola?

Ser fieles aprovechando las oportunidades que se da de servir.

La diligencia es recompensada, la negligencia castigada.

No importa lo que tengamos, ya sean oportunidades o habilidades, le pertenece a Dios, nosotros podemos poseer, pero el dueño es Dios, nosotros simplemente somos administradores.

No importa la cantidad de talentos dada, lo que importa es si fuimos fieles en usar esos talentos.

No hacer nada es igual de malo que hacer el mal.

En estos tiempos apremiantes, es larga y grande la lista de quienes se llaman cristianos y ni están alertas, ni han trabajado con sus talentos.

Hay cristianos parte del Nuevo Pacto que no son inmorales o desobedientes, sino que sencillamente no han hecho nada. ¿Por qué? Porque ni se mantuvieron alerta, ni hicieron lo que debían.
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