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Sumo Sacerdote y Rey a la manera de Melquisedec

"Nuestro amado hermano Pablo... en todas sus cartas... entre las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición" (2 Pedro 3:15,16).

Las 14 cartas de consejo que escribió el apóstol Pablo se ocuparon en describir en mayor amplitud a Cristo Jesús dentro del propósito divino, y cómo las nuevas realidades espirituales se hacían patentes en la adoración a Dios, y en la vida de los creyentes.

Sin embargo, esas nuevas realidades espirituales requerían ser dadas a conocer y explicadas. En su carta a los Hebreos, Pablo inicia una exposición detallada sobre un personaje mencionado en Génesis 14 y el Salmo 110: Melquisedec. Los comentarios de Pablo acerca de Melquisedec, que se consignan en Hebreos 5, él mismo admitió que estaba profundizando, hablando de cosas que podrían ser captadas sólo por los creyentes muy maduros.

"En lo que respecta a él tenemos mucho que decir y difícil de explicar, puesto que ustedes se han hecho embotados en su oír. 12 Porque, en realidad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, de nuevo necesitan que alguien les enseñe desde el principio las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios; y han llegado a ser como quienes necesitan leche, no alimento sólido. 13 Porque todo el que participa de leche no conoce la palabra de la justicia, porque es pequeñuelo. 14 Pero el alimento sólido pertenece a personas maduras, a los que mediante el uso tienen sus facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto".
Hebreos 5:11-14

Las enseñanzas que deseaba transmitir Pablo sobre Melquisedec eran profundas, sólo reconocibles por quienes fuesen personas que se alimentaran de alimento sólido, no de leche doctrinal. Y además, el entendimiento sobre Melquisedec requería tener bien entrenadas las facultades perceptivas, que permitirían discernir lo verdadero de lo falso. Y aceptar lo verdadero, desechando la falsedad.


"Este Melquisedec, rey de Salem [Jerusalén], sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo" se menciona que es "sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios" (Hebreos 7:1,3). Por estas palabras algunos sostienen que Jesús existió literalmente antes de su nacimiento, y por lo tanto no tuvo padres humanos.


Es decir, algunos afirman que Jesucristo era Melquisedec. ¿Es cierto?


Jesús tuvo un Padre (Dios) y una madre (María) y una genealogía (véase Mateo 1, Lucas 3, y compárese con Juan 7:27). Por lo tanto, ‘Melquisedec’ no puede referirse a él personalmente. Además, Melquisedec fue "hecho SEMEJANTE al Hijo de Dios" (Hebreos 7:3); él no era Jesús mismo, pero tenía ciertas similitudes con él, las cuales el escritor usó para propósitos didácticos.


"A semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto", que es Jesús (Hebreos 7:15), quien fue ordenado sacerdote "según el orden de Melquisedec" (Hebreos 5:5,6).


El lenguaje de Hebreos acerca de Melquisedec no puede tomarse literalmente. Si Melquisedec literalmente no tenía padre ni madre, entonces la única persona que él podría haber sido era Dios mismo, Quien es es la única persona sin principio (1Ti. 6:16; Sal. 90:2). Pero esto está vetado por Hebreos 7:4: "Consideren, pues, cuán grande era éste (Melquisedec)", y también por el hecho de que fue visto por los hombres (por lo que no puede ser Dios) y él ofreció sacrificios a Dios. Si a él se le llama hombre, entonces debe haber tenido padres literales. Que Melquisedec sea "sin padre, sin madre, sin genealogía" debe referirse por lo tanto al hecho de que su genealogía y sus padres no están anotados.


Este libro de Génesis por lo general entra en muchos detalles para presentar los antecedentes familiares de todos los personajes que nos da a conocer. Pero Melquisedec aparece en escena sin previo aviso, sin datos de sus padres, y desaparece del relato de forma repentina. No obstante, no puede haber duda de que él era digno de un respeto muy grande. Incluso Abrahán le pagó diezmos, y él le bendijo, mostrando claramente la superioridad de Melquisedec sobre Abraham (Hebreos 7:2,7).


Pablo no está tan sólo haciendo gimnasia mental con la Escritura. En el primer siglo había un problema muy real, que el argumento de Melquisedec podía resolver. Los judíos razonaban así:


"Uds. los cristianos, nos dicen que este Jesús puede ser ahora nuestro sumo sacerdote, que ofrece nuestras oraciones y obras a Dios. Pero un sacerdote tiene que tener una genealogía conocida que demuestre que es de la tribu de Leví. Y en cambio Uds. admiten que Jesús era de la tribu de Judá (Hebreos 7:14). Disculpen, pero para nosotros Abraham es nuestro líder y ejemplo supremo (Juan 8:33,39), y no queremos honrar a este Jesús’.


A lo cual Pablo responde:


"Recuerden a Melquisedec. El relato del Génesis está diseñado para mostrar que un sacerdote tan grande no tenía genealogía, y el Mesías ha de ser tanto rey como sacerdote, cuyo sacerdocio es según el modelo de Melquisedec (Hebreos 5:6 compárese con Salmo 110:4). Abrahán era inferior a Melquisedec, así que deberían desviar su énfasis de Abrahán a Jesús, y dejar de darle tanta importancia al asunto de las genealogías. Si ustedes meditan en cuánto es Melquisedec un tipo de Jesús (es decir, los detalles de su vida apuntaban hacia él), entonces tendrían un mayor entendimiento de la obra de Cristo".


Pero, en resumen, ¿quién era Melquisedec?

1.973 años antes del nacimiento de Jesús, apareció en escena Melquisedec. Revelaba verdades sobre la realidad de Dios: Jehová. Enseñaba que el Altísimo, es el Creador divino de las estrellas del firmamento y aun de esta misma tierra sobre la cual vivimos, y también es el Dios supremo del cielo.

En pocos años Melquisedec había reunido a su alrededor a un grupo de estudiantes, discípulos y creyentes que formaron el núcleo de la futura comunidad de Salem, actual Jerusalén. Pronto se le conoció en toda Palestina como el sacerdote del Dios Altísimo. En algunas de las tribus circunvecinas, se le denominaba el jeque, o rey, de Salem. Salem era el sitio que después de la desaparición de Melquisedec se volvió la ciudad de Jebús, posteriormente llamada Jerusalén.

¿Qué tuvo de peculiar este Melquisedec? Que tuvo una reestructuración y ajustes en su pensamiento, actividad de Dios, que le permitió en su personalidad superhumana ir acumulando de este modo la experiencia e introducción práctica a los problemas de la Tierra. Era como si tuviese la mente divina y humana, simultáneamente.

Con el pasar del tiempo, Melquisedec organizó escuelas de enseñanza en Salem.¿Qué enseñaba Melquisedec? Enseñó el concepto de un solo Dios, una Divinidad Universal, cuyo nombre es Jehová, el Dios Altísimo.

Familiares de un discípulo de Melquisedec, conocedor de las más elevadas verdades, las perpetuó por largo tiempo en su familia, hasta los días de Moisés, quien de este modo tuvo a su disposición la imponente tradición de los días de Melquisedec proveniente de esta rama de su familia, correspondiente a su padre, a la vez que, a través de otras fuentes, por parte del linaje de su madre.

Melquisedec enseñó a sus seguidores todo lo que ellos tenían capacidad para recibir y asimilar. En sintonía con el concepto de que las perlas no se echan delante de los cerdos. Aún muchas ideas religiosas modernas sobre el cielo y la tierra, el hombre, Dios y los ángeles no están muy distantes de estas enseñanzas de Melquisedec. Pero este gran maestro subordinó todo abajo de la doctrina del Dios único, una Divinidad Universal, un Creador celestial, un Padre divino: el Jehová de los Ejércitos. Hizo hincapié sobre esta enseñanza con el propósito de atraer la adoración del hombre y de preparar el camino para la aparición del Mesías, el verdadero camino hacia Jehová Dios.

Melquisedec enseñó que en algún momento futuro otro Hijo de Dios vendría en la carne, y nacería de una mujer. El Mesías, la Descendencia Prometida, sería Jesús, quien sería un sacerdote, o un ministro, "para siempre de la orden de Melquisedec".

La fe era un rasgo esencial de la enseñanza de Melquisedec. La fe, como medio de obtener el favor divino por nada -por la fe solamente. La creencia de que el hombre había nacido para ser redimido por los dioses estaba demasiado arraigada en ellos. Demasiado tiempo y con demasiada sinceridad habían sacrificado ellos y obsequiado a los sacerdotes, como para ser capaces de comprender la buena nueva de que la salvación, el favor divino, fuese un don gratis para todos los que quisieran creer en el Dios Altísimo, por fe. Abrahán es llamado el Padre de todos los que tienen fe, y eso "le fue contado por justicia".

Significativo es que la primera vez que aparece en la Biblia la palabra FE, es en Génesis 15:6:


"Entonces lo sacó afuera y dijo: “Mira hacia arriba, por favor, a los cielos, y cuenta las estrellas, si es que se te hace posible contarlas”. Y pasó a decirle: “Así llegará a ser tu descendencia”. 6 Y él puso fe en Jehová; y él procedió a contárselo por justicia. 7 Entonces le añadió: “Yo soy Jehová, que te hizo salir de Ur de los caldeos para darte esta tierra para que la tomes en posesión"".
Génesis 15:5-7

Es decir, Abrahán discernió y entendió plenamente lo que es la fe tras haber estado en contacto con Melquisedec, como lo describe Génesis 14. Hecho que indica en una detallada exposición el apóstol Pablo en Romanos 4, sobre la particularidad del hecho de que Abrahán ejerciera fe, una FE con conocimiento y consciencia de lo que es realmente la FE. ¿Quién le enseñó esto a Abrahán? Fue Melquisedec.


Como Jesús, Melquisedec se dedicó estrictamente al cumplimiento de su misión. No intentó reformar las costumbres establecidas, cambiar los hábitos del mundo, ni promulgar siquiera prácticas sanitarias avanzadas ni verdades científicas. ¿Por qué no? No era el tiempo de Dios, ni de los hombres. No vale la pena llevar a cabo una labor que está fuera de tiempo y lugar.

Melquisedec ofrece pan y vino a Abrahán. Representa un gran acuerdo, simbólico, entre Jehová y la humanidad mediante el cual Jehová acuerda hacer todo, el hombre tan sólo acuerda creer en las promesas de Dios y seguir sus instrucciones. Hasta ese momento se había creído que la salvación tan sólo se podía obtener por obras -sacrificios y ofrendas; Melquisedec enseñó que el favor de Dios, se obtiene por la fe. Que es básicamente lo mismo que enseñó Jesús, y puntualizaron los apóstoles.

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