Tener la Mente Equipada
¿Quién no quisiera tener sabiduría, la sabiduría de Dios? Para ello las Escrituras hacen mención de 3 clases de sabiduría divina:
Para los griegos, existían 3 grandes palabras que describían otras 3 grandes cualidades de la mente. Cualidades o facultades excelsas, de las más elevadas, a las que podía aspirar una persona. Si alguien poseía estos 3 atributos, contaba con una mente bien equipada.
Los escritores de las Escrituras Griegas o Nuevo Testamento se apropiaron de las tres palabras, pues estaban convencidos de que cuanto describen se encontraba en Jesús y sólo en Jesús.
¿Por qué en Jesús?
Porque Jesús es la "Sabiduría de Dios". En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento de Dios.
¿Qué significa esto?
Comúnmente se oye hablar sobre la sabiduría. Que si es la aplicación práctica del conocimiento, o si se trata de la facultad de entender las cosas.
Siendo la Sabiduría un atributo de Dios tan esencial, valioso sería saber qué dicen las Escrituras sobre la sabiduría.
La primera palabra a analizar, vinculada a la sabiduría de Dios es sophia. Generalmente, sophia se traduce "sabiduría", pero sabiduría de las realidades últimas. En los escritos griegos, recordando que el idioma griego es el elegido para plasmar por escrito las ideas y pensamientos que Dios quería que fueran transmitidos a la gente, con el conocimiento de Cristo Jesús, hay muchas y grandes definiciones de sophia, pero la más común dice que sophia es "conocimiento de las cosas, tanto humanas como divinas, y de sus causas".
Aristóteles define la Sophia como "el más perfecto de los modos del conocimiento, no sólo de las conclusiones, sino también de los principios primeros". Dijo que sophia era "conocimiento consumado de los órdenes más exaltados" (Aristóteles, Etica a Nicómeco 1141 a 20). Agustín dijo que sophia "pertenece al conocimiento de las cosas eternas" (De Div. Quaest. 22). Según Cicerón, sophia -que él traduce sapientia- "es conocimiento de lo humano y lo divino" (Tusculanas 4.26), y también dijo que era "la principal de las virtudes" (Cicerón, De Officiis 1.43).
A las personas que conocen o tienen como objeto de estudio e interés temas como el conocimiento de las cosas como un TODO, o las cosas o Principios Eternos, al conocimiento de lo Humano y lo Divino, se les encaja en el grupo de los filósofos, teólogos, o exégetas y hermeneutas.
¿Será cierto que sólo los filósofos buscan saber la verdad? ¿Es que a la gente le gusta vivir engañada?
¿O será más bien que estos son asuntos profundos, complejos y de perentoria necesidad conocer?
En resumen: Sophia es conocimiento último, conocimiento de Dios. Sophia representa el mayor alcance de la mente humana. Debemos hacer constar que, aunque sophia puede ser convertida en algo nocivo, en sí es noble y siempre implica bondad.
En la mentalidad del griego, idioma en el que se escriben las Escrituras Cristianas, la palabra sophia aúna sabiduría, bondad y nobleza. No es posible tener sabiduría del orden más excelso, y no poseer bondad y nobleza en el alma.
La adecuada dotación de la mente inteligente, incluye la sunesis. Sunesis significa literalmente "unión", "encuentro", confluencia; es, ciertamente, la facultad de unir por parejas.
Sunesis es la facultad de saber evaluar inteligentemente una situación, lo que da fundamento y fuerza al coraje personal. Sunesis es crítica. Es la facultad de distinguir entre las diversas formas de acción posibles según los diferentes valores de las cosas y las diversas situaciones y relaciones que se dan entre las gentes. Sunesis es la habilidad de probar, distinguir, criticar, evaluar y formar juicios.
Estar sin sunesis, es no captar el sentido de las cosas. Es como ver algo, pero sin estructurar mentalmente qué significa. Es como el comer sin saber a qué sabe la comida, es carecer del paladar para diferenciar las matices de los diversos sabores. En este caso, la falta de sunesis o entendimiento, hace que se carezca de la debida percepción de las cosas.
Un escriba que interrogó a Jesús sobre cuáles era el más grande mandamiento de la Ley, dijo que había que amar a Dios con todo el entendimiento. Eso significa que el amor también debe tener esa capacidad crítica de evaluación, o sunesis, que significa entendimiento. Eso excluye la tesis de que el amor a Dios sea una especie de salto al vacío. Debe haber conocimiento y entendimiento. Significa que amar a Dios incluye la pertinente pregunta: ¿por qué amo a Dios?
El entendimiento o sunesis propio puede ser muy eficaz. Pero, ¡peligro! Confiar en Dios con todo el corazón significa no apoyarse o basarse en el propio entendimiento.
Y, finalmente, tenemos la tercera palabra que engloba la calidad de la mente equipada con una triple sabiduría:
Phronesis es "prudencia". La diferencia básica entre sophia y phronesis estriba en que sophia es teórica y, phronesis, práctica; sophia tiene que ver con la mente del hombre; phronesis, con la vida, conducta y acción del hombre.
Según un antiguo conocedor del significado de esta palabra griega que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento, phronesis es "una virtud de la mente, mediante la cual los hombres toman decisiones sabias sobre las cosas que son llamadas buenas o malas en relación con la felicidad". Es la virtud que considera lo que debe hacerse y lo que no en las relaciones con otros.
Es la disposición que nos permite juzgar qué es lo que nos conviene hacer y qué lo que conviene evitar. O, como la definía un escritor, phronesis es "el correcto término medio entre astucia y bobaliconería".
La persona que usa la phronesis tiene una virtud extremadamente práctica. Un escritor antiguo dice que sophia tiene que ver con todo lo que es inmutable, y, phronesis, con todo lo que está sujeto a cambio, con lo que es oportuno en cualquier circunstancia (Magn. Mor. 1197a 34).
Panecio, un filósofo griego, decía que sophia es conocimiento de las cosas humanas y de las divinas, y phronesis es conocimiento de las cosas buenas, de las malas y de las que no son ni buenas ni malas (Diógenes Laercio, 7.29).
La phronesis es entonces:
La sabiduría que puede ver y entender lo último e infinito de las cosas
La sabiduría que puede ocuparse en los problemas prácticos de la vida y el vivir cotidianos
La sabiduría que puede juzgar y someter a prueba las diversas reglas de conducta, y escoger la mejor dentro de una determinada situación.
¿Recuerda las parábolas de Jesús sobre el siervo fiel y prudente, las vírgenes necias y discretas, el hombre que construye su casa sobre la roca? ¿Sabía que TODAS tienen en común que Jesús demarca como señal positiva que la virtud positiva de todas estas personas alegóricas es que eran personas con un tipo de sabiduría especial: PHRONESIS?
Así que vale la pena ver el cuadro completa sobre lo que se explicita en las Escrituras como sabiduría, la sabiduría de Dios.
Es interesante y necesario tomar nota de que, una y otra vez, la Biblia aúna la sabiduría teórica, sophia, con la sabiduría práctica, phronesis y con la sunesis.
Según el punto de vista bíblico sobre la vida, un hombre precisa de estas 2 formas de sabiduría, siendo eslabonadas por la sunesis, o entendimiento.
Salomón ora y pide sabiduría, sophia, y entendimiento, phronesis, un corazón sabio y entendido. David pide a Jehová en oración que dé a Salomón sabiduría, sophia, e inteligencia, sunesis, que es precisamente la misma oración de Salomón. Los cuatro muchachos, Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego, tienen conocimiento, inteligencia, entendimiento y sabiduría.
Guardar los mandamientos de Dios es señal de sabiduría e inteligencia. Isaías habla de la sabiduría del sabio y de la inteligencia, sunesis, del entendido. El gran valor de todo esto radica en que el hombre realmente sabio tiene sabiduría teórica y práctica.
He aquí el punto: que la imagen tradicional del sabio es la de una persona encerrada en su estudio, sepultado en sus libros y perdido en la investigación; una persona sin contacto con la vida y, consecuentemente, por completo inefectivo e ineficaz en la conducta del vivir cotidiano; una especie de ser que pasa distraído por la vida.
En la Biblia sencillamente queda claro que la persona que, aunque tenga sophia, carezca de phronesis y sunesis, es incompleta. Por otra parte, la imagen común del hombre pragmático es la del individuo que está siempre tan ocupado con los negocios prácticos de la vida, que carece de tiempo e inclinación para molestarse con la llamada teología, la filosofía o, meramente, con el pensamiento simple y llano. Este hombre también es incompleto, porque puede tener phronesis y sunesis, pero adolece de sophia.
La Biblia ve al hombre como un todo; al que es sabio en los asuntos de la eternidad y eficiente en los del tiempo.
Quien tiene sophia, sabiduría, es sophos, sabio. El que tiene phronesis, prudencia, es phronimos prudente. Quien posea sunesis, inteligencia, es sunetos, entendido, inteligente.
Aunque la sabiduría es propiedad de Dios, Jesús habla de la sabiduría de Dios, y Pablo también habla de la sabiduría de Dios, la cual es multiforme, o multicolor.
¿Vale la pena esforzarse por tener la triple sabiduría divina?
SOPHIA. SUNESIS. PHRONESIS.
Para los griegos, existían 3 grandes palabras que describían otras 3 grandes cualidades de la mente. Cualidades o facultades excelsas, de las más elevadas, a las que podía aspirar una persona. Si alguien poseía estos 3 atributos, contaba con una mente bien equipada.
Los escritores de las Escrituras Griegas o Nuevo Testamento se apropiaron de las tres palabras, pues estaban convencidos de que cuanto describen se encontraba en Jesús y sólo en Jesús.
¿Por qué en Jesús?
Porque Jesús es la "Sabiduría de Dios". En Él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento de Dios.
¿Qué significa esto?
Comúnmente se oye hablar sobre la sabiduría. Que si es la aplicación práctica del conocimiento, o si se trata de la facultad de entender las cosas.
Siendo la Sabiduría un atributo de Dios tan esencial, valioso sería saber qué dicen las Escrituras sobre la sabiduría.
S O P H I A
La primera palabra a analizar, vinculada a la sabiduría de Dios es sophia. Generalmente, sophia se traduce "sabiduría", pero sabiduría de las realidades últimas. En los escritos griegos, recordando que el idioma griego es el elegido para plasmar por escrito las ideas y pensamientos que Dios quería que fueran transmitidos a la gente, con el conocimiento de Cristo Jesús, hay muchas y grandes definiciones de sophia, pero la más común dice que sophia es "conocimiento de las cosas, tanto humanas como divinas, y de sus causas".
Imaginar lo que supone conocer las cosas, humanas y divinas, y sus causas, eso es Sabiduría. Una muy especial sabiduría.
¿Qué son las "realidades últimas"?
¿Qué son las "realidades últimas"?
La frase alude a la llamada escatología, que es también el tratado de las esperanzas últimas. ¿Esperanzas de qué? Las Escrituras contienen una cautivante frase: Nuevos Cielos y una Nueva Tierra. Frase que se repite 4 veces, siendo la última vez que aparece en las Escrituras en el libro del Apocalipsis. La diferencia en esta cuarta ocasión, es que el apóstol Juan sí ve en visión a ese nuevo cielo y esa nueva tierra.
¿Es importante saber que significa esa frase? ¿Será realidad que habrá un nuevo orden de cosas, regido por Principios Universales Eternos que unifique a Cielos y Tierra? ¿Se puede creer en eso?
Esos son conocimientos que forman parte de la Sophia de Dios.
También forman parte de las llamadas realidades últimas, verdades relacionadas con lo que sucedera con el mundo, con la humanidad, si hay un juicio global ejecutado por Dios, y la reflexión del creyente sobre el futuro de las promesas divinas, aguardadas por la esperanza cristiana. Por supuesto, todo esto forma parte de la sabiduría de Dios, no es parte de un sermón maniqueo catastrofista, orientado a manipular las emociones de la gente. Estos conocimientos son parte de la Sabiduría de Dios, y conocer estas cosas es parte de la Sabiduría divina que una persona debería tener. Aristóteles define la Sophia como "el más perfecto de los modos del conocimiento, no sólo de las conclusiones, sino también de los principios primeros". Dijo que sophia era "conocimiento consumado de los órdenes más exaltados" (Aristóteles, Etica a Nicómeco 1141 a 20). Agustín dijo que sophia "pertenece al conocimiento de las cosas eternas" (De Div. Quaest. 22). Según Cicerón, sophia -que él traduce sapientia- "es conocimiento de lo humano y lo divino" (Tusculanas 4.26), y también dijo que era "la principal de las virtudes" (Cicerón, De Officiis 1.43).
A las personas que conocen o tienen como objeto de estudio e interés temas como el conocimiento de las cosas como un TODO, o las cosas o Principios Eternos, al conocimiento de lo Humano y lo Divino, se les encaja en el grupo de los filósofos, teólogos, o exégetas y hermeneutas.
¿Será cierto que sólo los filósofos buscan saber la verdad? ¿Es que a la gente le gusta vivir engañada?
¿O será más bien que estos son asuntos profundos, complejos y de perentoria necesidad conocer?
En resumen: Sophia es conocimiento último, conocimiento de Dios. Sophia representa el mayor alcance de la mente humana. Debemos hacer constar que, aunque sophia puede ser convertida en algo nocivo, en sí es noble y siempre implica bondad.
En la mentalidad del griego, idioma en el que se escriben las Escrituras Cristianas, la palabra sophia aúna sabiduría, bondad y nobleza. No es posible tener sabiduría del orden más excelso, y no poseer bondad y nobleza en el alma.
S U N E S I S
La adecuada dotación de la mente inteligente, incluye la sunesis. Sunesis significa literalmente "unión", "encuentro", confluencia; es, ciertamente, la facultad de unir por parejas.
Sunesis es la facultad de saber evaluar inteligentemente una situación, lo que da fundamento y fuerza al coraje personal. Sunesis es crítica. Es la facultad de distinguir entre las diversas formas de acción posibles según los diferentes valores de las cosas y las diversas situaciones y relaciones que se dan entre las gentes. Sunesis es la habilidad de probar, distinguir, criticar, evaluar y formar juicios.
Estar sin sunesis, es no captar el sentido de las cosas. Es como ver algo, pero sin estructurar mentalmente qué significa. Es como el comer sin saber a qué sabe la comida, es carecer del paladar para diferenciar las matices de los diversos sabores. En este caso, la falta de sunesis o entendimiento, hace que se carezca de la debida percepción de las cosas.
Un escriba que interrogó a Jesús sobre cuáles era el más grande mandamiento de la Ley, dijo que había que amar a Dios con todo el entendimiento. Eso significa que el amor también debe tener esa capacidad crítica de evaluación, o sunesis, que significa entendimiento. Eso excluye la tesis de que el amor a Dios sea una especie de salto al vacío. Debe haber conocimiento y entendimiento. Significa que amar a Dios incluye la pertinente pregunta: ¿por qué amo a Dios?
El entendimiento o sunesis propio puede ser muy eficaz. Pero, ¡peligro! Confiar en Dios con todo el corazón significa no apoyarse o basarse en el propio entendimiento.
Y, finalmente, tenemos la tercera palabra que engloba la calidad de la mente equipada con una triple sabiduría:
P H R O N E S I S
Phronesis es "prudencia". La diferencia básica entre sophia y phronesis estriba en que sophia es teórica y, phronesis, práctica; sophia tiene que ver con la mente del hombre; phronesis, con la vida, conducta y acción del hombre.
Según un antiguo conocedor del significado de esta palabra griega que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas o Nuevo Testamento, phronesis es "una virtud de la mente, mediante la cual los hombres toman decisiones sabias sobre las cosas que son llamadas buenas o malas en relación con la felicidad". Es la virtud que considera lo que debe hacerse y lo que no en las relaciones con otros.
Es la disposición que nos permite juzgar qué es lo que nos conviene hacer y qué lo que conviene evitar. O, como la definía un escritor, phronesis es "el correcto término medio entre astucia y bobaliconería".
La persona que usa la phronesis tiene una virtud extremadamente práctica. Un escritor antiguo dice que sophia tiene que ver con todo lo que es inmutable, y, phronesis, con todo lo que está sujeto a cambio, con lo que es oportuno en cualquier circunstancia (Magn. Mor. 1197a 34).
Panecio, un filósofo griego, decía que sophia es conocimiento de las cosas humanas y de las divinas, y phronesis es conocimiento de las cosas buenas, de las malas y de las que no son ni buenas ni malas (Diógenes Laercio, 7.29).
La phronesis es entonces:
La sabiduría que puede ver y entender lo último e infinito de las cosas
La sabiduría que puede ocuparse en los problemas prácticos de la vida y el vivir cotidianos
La sabiduría que puede juzgar y someter a prueba las diversas reglas de conducta, y escoger la mejor dentro de una determinada situación.
¿Recuerda las parábolas de Jesús sobre el siervo fiel y prudente, las vírgenes necias y discretas, el hombre que construye su casa sobre la roca? ¿Sabía que TODAS tienen en común que Jesús demarca como señal positiva que la virtud positiva de todas estas personas alegóricas es que eran personas con un tipo de sabiduría especial: PHRONESIS?
Así que vale la pena ver el cuadro completa sobre lo que se explicita en las Escrituras como sabiduría, la sabiduría de Dios.
Es interesante y necesario tomar nota de que, una y otra vez, la Biblia aúna la sabiduría teórica, sophia, con la sabiduría práctica, phronesis y con la sunesis.
Según el punto de vista bíblico sobre la vida, un hombre precisa de estas 2 formas de sabiduría, siendo eslabonadas por la sunesis, o entendimiento.
Salomón ora y pide sabiduría, sophia, y entendimiento, phronesis, un corazón sabio y entendido. David pide a Jehová en oración que dé a Salomón sabiduría, sophia, e inteligencia, sunesis, que es precisamente la misma oración de Salomón. Los cuatro muchachos, Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego, tienen conocimiento, inteligencia, entendimiento y sabiduría.
Guardar los mandamientos de Dios es señal de sabiduría e inteligencia. Isaías habla de la sabiduría del sabio y de la inteligencia, sunesis, del entendido. El gran valor de todo esto radica en que el hombre realmente sabio tiene sabiduría teórica y práctica.
He aquí el punto: que la imagen tradicional del sabio es la de una persona encerrada en su estudio, sepultado en sus libros y perdido en la investigación; una persona sin contacto con la vida y, consecuentemente, por completo inefectivo e ineficaz en la conducta del vivir cotidiano; una especie de ser que pasa distraído por la vida.
En la Biblia sencillamente queda claro que la persona que, aunque tenga sophia, carezca de phronesis y sunesis, es incompleta. Por otra parte, la imagen común del hombre pragmático es la del individuo que está siempre tan ocupado con los negocios prácticos de la vida, que carece de tiempo e inclinación para molestarse con la llamada teología, la filosofía o, meramente, con el pensamiento simple y llano. Este hombre también es incompleto, porque puede tener phronesis y sunesis, pero adolece de sophia.
La Biblia ve al hombre como un todo; al que es sabio en los asuntos de la eternidad y eficiente en los del tiempo.
Quien tiene sophia, sabiduría, es sophos, sabio. El que tiene phronesis, prudencia, es phronimos prudente. Quien posea sunesis, inteligencia, es sunetos, entendido, inteligente.
Aunque la sabiduría es propiedad de Dios, Jesús habla de la sabiduría de Dios, y Pablo también habla de la sabiduría de Dios, la cual es multiforme, o multicolor.
¿Vale la pena esforzarse por tener la triple sabiduría divina?