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¿Qué hacer para ganar elecciones? El dilema de los políticos

En todos los países hay elecciones para elegir presidente, gobernadores, concejales, legisladores, etc. Y los candidatos a los diversos puestos usan todas las herramientas a la mano para convencer a los electores de que ellos o ellas son la mejor opción para ocupar el puesto.

Pero según expertos de la revista
British Medical Journal existe una creciente evidencia de que las personas interpretan el mensaje de la misma elección de diferentes maneras, de acuerdo con sus opiniones políticas personales.

En pocas palabras: una cosa es lo que digan los políticos, y otra lo que entienden los electores.

Martin McKee, de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, y David Stuckler, de la Universidad de Oxford afirman que "es posible que dos grupos bien informados de gentes ante las mismas cuestiones lleguen a conclusiones completamente diferentes sobre lo que debe hacerse".

Ponen de relieve un reciente estudio en Estados Unidos en el que a tres grupos que se describen como demócratas, republicanos o independientes, se les dio al azar cuatro versiones de una noticia fidedigna acerca de la diabetes. Las historias son exactamente las mismas, aparte de la forma en que describe las causas de la diabetes -una no dijo nada mientras que en las otros tres se alude a factores genéticos, estilo de vida individual y social, como factores determinantes de la situación económica.

Curiosamente, los demócratas y los independientes estaban mucho más de acuerdo con la explicación de los determinantes sociales, pero esto no tuvo efecto sobre los republicanos. Eso significa que ante una misma noticia o información, si uno es demócrata o independiente, es más sensible a los temas económicos y sociales, pero si uno es republicano, esos temas no le son de interés. Por otra parte, los demócratas fueron significativamente más propensos que los republicanos para apoyar la acción para hacer frente a la diabetes, tales como las restricciones a la comida chatarra.

Los autores también se refieren a un estudio sobre la actividad cerebral en demócrata y republicanos en una investigación en la que los participantes fueron expuestos a mensajes contradictorios de ambas partes. Los republicanos estuvieron de acuerdo con las declaraciones de los republicanos, y los demócratas manifestaron su respaldo a las declaraciones de las ideas demócratas.

¿Conclusión? "Los políticos son a menudo criticados por hacer promesas que luego no cumplen. Sin embargo ... el problema puede ser menos lo que los políticos están diciendo realmente, sino cómo sus palabras son escuchadas e interpretadas".

El hecho de que la gente que ya tiene un perfil político o doctrinal en su mente es receptiva sólo a las ideas políticas en las que cree, y desecha a las otras, incide en el llamado marketing político.

¿Qué hace que un candidato o candidata gane elecciones?

“El primer objetivo de una campaña es interpretar a la sociedad para movilizarla electoralmente”, declaró el analista colombiano en marketing político Alberto Cienfuegos, haciendo referencia a las campañas de los candidatos a la Presidencia de la República de Colombia.

Según Cienfuegos, hay tres variables que pesan en la dinámica de una campaña electoral exitosa:

"Las representaciones sociales, temas de seguridad y como tercer elemento en consecuencia de los anteriores, la alta favorabilidad".

La estrategia discursiva, la imagen, los sentimientos sociales, tener consciencia de la psicología nacional, son otros aspectos a considerar en una campaña electoral.

De modo que podríamos concluir que las elecciones las ganan quienes saben conjugar las expectativas de la sociedad sobre los temas que le preocupan a la gente, y cómo los candidatos venden su perspectiva de que ellos o ellas son las personas que sí son capaces de resolver los problemas que afectan a la gente.

Nota aparte la merece el análisis de las elecciones que ganó Obama en Estados Unidos, con su idea del "yes, we can" (sí podemos), y la idea de que él representaba el cambio.

O la metida de pata de Gordon Brown llamando a una votante "fanática".

Gordon Brown hasta fue a la casa de Gillian Duffy, la viuda con la que conversó durante unos minutos en un acto de campaña y a la que insultó a sus espaldas llamándola "fanática" y diciendo a sus asesores que no deberían haberla puesto delante de él.

Desde que emergieran sus palabras, Brown se ha fustigado de distintas formas. Primero lo ha hecho en un programa de radio. Luego ha llamado por teléfono en privado a la señora. Por fin se ha presentado en su casa en la circunscripción norteña de Rochdale, donde ha permanecido durante 40 minutos intentando cerrar el incidente cuanto antes y seguir adelante la campaña.

Brown ha emergido en solitario del portón blanco de la señora Duffy y ha dicho: "Me siento muy mal por lo que ha pasado. Si ustedes quieren, se puede decir que soy un pecador arrepentido. A veces uno dice cosas que no quiere decir y otras dice cosas que no son ciertas y quiere corregirlas inmediatamente. Entendí mal algunas de las palabras que había dicho y ella ha comprendido que es un malentendido".

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Brown saliendo de casa de la señora Duffy.

Reuters

Al salir de su casa, Brown dijo que la señora Duffy había aceptado sus disculpas. Queda por ver si la ha convencido de que vote por él en las generales. Por lo pronto, no ha querido fotografiarse con él en el umbral.

El entorno de Gordon Brown había dicho este fin de semana que el primer ministro se proponía hablar con personas reales. Se trataba de desmentir a quienes le acusaban de hacer campaña en un entorno de incondicionales, rodeado siempre de militantes o simpatizantes laboristas y pisando menos calle que sus rivales: David Cameron y Nick Clegg.

Pues bien: Gordon Brown se encontró esta mañana con 'una persona real'. Su nombre es Gillian Duffy y es una viuda que vive en la localidad norteña de Rochdale y que le ha preguntado por su pensión de viudedad. El candidato laborista habló durante unos minutos con ella y la cosa no fue del todo mal. Luego se metió en el Jaguar con el micrófono encendido y entonces ocurrió el error.

Brown se desplomó en el asiento de atrás y explotó frente a uno de sus asesores: "Esto es un desastre. Nunca deberíais haberme puesto delante de esa mujer. ¿De quién ha sido la idea? Es sencillamente ridículo. Es una especie de fanática. Me ha dicho que solía votar al laborismo".

Efectivamente, Gillian Duffy era hasta hoy una fiel votante laborista. Según ha explicado luego ante las cámaras, votó varias veces por Tony Blair y tenía pensado votar también por Brown hasta que los periodistas le han explicados lo que el primer ministro dijo sobre ella a sus espaldas.

"Estoy muy decepcionada con él", dijo Duffy, "pensaba que era una persona educada. ¿Cómo puede haber dicho eso? Yo sólo soy una persona ordinaria que hace preguntas que cualquiera puede hacerle. ¿Por qué dice que soy una fanática?".

Gordon Brown ha expresado luego sus disculpas en una entrevista radiofónica. Ha explicado que la llamó fanática porque había hecho un comentario sobre la inmigración y que él era el único responsable de su error. Pero la imagen del premier cabizbajo y escondido debajo de los micrófonos de la BBC será una de las imágenes imperecederas de la campaña.

¿Ganará Brown las elecciones?

Quedará por verse.

Lo cierto del caso es que las elecciones han evolucionado, y ya la opinión pública no reacciona igual ante los candidatos y candidatas, y la presión por los asuntos sociales y económicos seguirán siendo prioridad, para electores y políticos, que con sus ideologías, seguirán buscando convencer a todos que ellos son la opción para resolver los problemas de su sociedad.


Fuentes:
http://www.bmj.com/cgi/content/full/340/apr27_1/c2276
http://www.sciencedaily.com/releases/2010/04/100427190941.htm

http://www.rcnradio.com/node/22980

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/04/28/internacional/1272467634.html

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