El Poder de Elegir
La sabiduría del prudente está en entender su camino
Rey Salomón, Proverbios 14:8
Si tuviéramos la oportunidad de
agradecerle a este hombre, Robert Adler, por su maravilloso invento, lo
haríamos sin dudarlo.
Gracias a su invento, podemos
manejar un T. V., un equipo de sonido o el aire acondicionado sin levantarnos
de nuestra cama o mueble. Sí, Robert Adler inventó el control remoto, ese que
nos ayuda a elegir desde qué canal de T. V. o simplemente hacer "zapping",
pasando canales cuando nada nos llama la atención de ver.
El control remoto nos da un
poder: elegir. Qué ver, qué no ver en T. V., a qué volumen, o con cuánto brillo
verlo en la pantalla. Es sólo cuestión de elegir y listo. Así de simple.
En las Escrituras, se narra una
ocasión en la que la nación de Israel tenía por delante un futuro brillante:
ser una nación bendecida. O ser una nación sin el favor de Dios. Así lo planteó
Moisés al pueblo:
En este día pongo al cielo y a la
tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y
la muerte, y entre la bendición y la maldición.
Escojan, pues, la vida, para que
vivan ustedes y sus descendientes, amando a Jehová, tu Dios, atendiendo a Su
voz y siguiéndolo a Él, pues él es tu vida, así como la prolongación de tus
días, a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres,
Abraham, Isaac y Jacob, que les había de dar.
El escenario en el que estas
palabras se dieron era muy cercano a la Tierra Prometida. Así que era
verdaderamente una decisión fácil de tomar: elegir la vida y la bendición, para
Israel, significaba vivir con prosperidad en la Tierra Prometida bajo la bendición de Jehová, que enriquece sin añadir dolor.
Obviamente, estamos en el siglo
XXI d. C., y las cosas son muy diferentes a como eran hace 3.500 años. Basta
con ver las noticias para ver que "algo" está sucediendo en el mundo.
¿Qué? ¿Qué está pasando?
Personas pensantes y
discernidoras, recuerdan y tienen presentes las profecías bíblicas sobre el fin de los tiempos. En los evangelios de Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21, observamos la exposición detallada que hace Jesús el Cristo sobre la Presencia real y efectiva del Hijo del Hombre. Sucesos sin precedentes en la Humanidad y a Tierra, sucediendo en un lugar tras otro, serían evidencia de un punto de no retorno para la raza humana.
¿Estamos ya en ese punto, en ese de "no hay vuelta atrás"?
Es una pregunta pertinente, puesto que se predijo que en tiempos de la Presencia Parausía Crística, la gente estaría, básicamente, indiferente. Viviendo cotidianamente, como si nada pasara en el mundo.
¿Realmente no está pasando "nada" en el mundo?
Necesariamente, dependiendo de nuestra edad, tenemos un registro histórico de los sucesos más importantes que han pasado recientemente. Hay quienes creen que Jesucristo fue entronizado como Rey en 1914. ¿Razones? Una de ellas, la I Guerra Mundial, y el viraje del mundo a partir de entonces.
Indudablemente, que la I Guerra Mundial cambió la historia contemporánea de la sociedad humana actual, pero, comparemos el escenario histórico de 1914 con lo que estamos viviendo en el aquí y ahora. No hace falta ser historiador, o un agudo analista de sucesos para comprobar que no hay, sencillamente, punto de comparación entre 1914 y estos tiempos. El mundo, la sociedad actual de este tiempo presente, está viviendo de manera global sucesos que nos afectan o influyen a todos.
Por ejemplo, el terremoto de Japón. Sí, ocurrió en Japón, pero nos afecta a todos, independientemente de que vivamos allá o no. La crisis financiera mundial nos afecta a todos. Los cambios climáticos y tormentas solares, nos afectan a todos, no sólo a unos cuantos países.
El punto es que tenemos el poder de elegir. Elegir ignorar lo que está pasando en el aquí y ahora, o elegir el buscar a Dios, clamar a Él, y dejar que fluya en nuestra vida Su amor y Su Presencia Divina. Elegir entre el gastado, apolillado y fracasado modelo religioso tradicional, o la adoración al Padre en espíritu y verdad que enseñó Jesús.
Para muchos, el estar enterados de lo que sucede en la actualidad, se convirtió en punto de discusión, polémica, o una cuestión de estar "informado". Cuando Jesucristo informó a Sus seguidores las cosas relativas a la Presencia del Hijo del Hombre, no lo izo por llenarles la cabeza de conocimiento, o para impactarlos con predicciones del futuro. Era para que estuviera alertas, preparados, para saber cómo actuar, qué hacer en consecuencia.
Así como es absurdo que una persona vaya al médico, se realice exámenes de laboratorio, que le indiquen que tiene problemas de colesterol y triglicéridos altos, pero siga comiendo las mismas comidas altas en sal y grasas, y hasta le guste estar al día, "informado" con las consecuencias que representa para la salud la hipercolesterolemia, ¿qué sentido tiene? Ninguno, a menos que... que actúe en consecuencia con su real situación de vida.
No tiene ningún sentido estar "informado" de que "algo" está pasando en el mundo, ver las noticias, discernir que cosas estás por ocurrir, y no hacer nada. Cristo Jesús indicó que había que había que centrarse en orar, vigilar la fe, mantenerse alerta, y huir. Hay organizaciones, instituciones
Para quienes se refugian bajo las alas de Dios, no hay calor abrasador o juicios que temer. Quien vive al amparo del Omnipotente, y confía a Él su vida, no tiene de qué preocuparse. El Dios que da vida y sustento a las hierbas, los pájaros y los lirios, sabe cuidar y guiar. Evidentemente, tenemos el poder de elegir ponernos del lado de Dios, buscándole a Él, y guiarse por Él, afrontando estos tiempos con la fe, confianza y certeza de que estamos en el corazón del Padre, el Abba Eterno, sin temor por las cosas que hayan de suceder o por estar en una expectativa de cosas terribles. Para quienes aman a Dios, "todo ayuda a bien" (Romanos 8:28).