La necesidad de acercarse a Dios
El rey estaba desesperado. Los asirios, equipados con la más destructiva y cruel fuerza militar que el mundo hubiera conocido hasta ese entonces, asediaban a Jerusalén. Otras naciones ya habían sido presa fácil para ellos, y era el turno del reino de Judá y Benjamín. Las amenazantes palabras de los emisarios del rey de Asiria, han llegado a Ezequías, el rey, acompañadas con una carta, en la que se le dice que se engañaba a sí mismo si creía que confiar en su Dios, Jehová, le salvaría de la agresión asiria.
¿Qué decían los enemigos, los asirios?
¿Qué decían los enemigos, los asirios?
"Que no te engañe el Dios en quien
tú confías, diciéndote: «Jerusalén no será entregada en manos del rey
de Asiria». Has oído lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras que han destruido. ¿Vas a escapar tú?
¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que mis padres destruyeron,
esto es, a Gozán, Harán, Resef, y a los hijos de Edén que estaban en
Telasar?
¿Dónde está el rey de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena y de Iva?"»"
Ezequías tomó la carta de manos de los embajadores. ¿Qué hacer? Parecía estar... perdido.
Las Escrituras, en el capítulo 19 del Segundo Libro de los Reyes describen lo que hizo el rey con esa carta, y cómo afrontó una de las peores crisis que vivió Israel. Se declara que Ezequías, después de leer la carta, hizo algo:
Después de leerla,
subió a la casa de Jehová y la extendió delante de Jehová.
Entonces oró Ezequías delante de Jehová diciendo:
«Jehová, Dios de Israel, que moras entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra. Tú hiciste el cielo y la tierra.
Inclina, Jehová, tu oído y oye; abre, Jehová, tus ojos y mira. Oye las
palabras que Senaquerib ha enviado a decirme para blasfemar contra el
Dios viviente.
Es verdad, Jehová, que los reyes de Asiria han destruido las naciones y sus tierras, y que han echado al fuego a sus dioses, por cuanto ellos no eran dioses, sino obra de manos humanas, de madera o de piedra, y por eso los destruyeron.
Ahora, pues, Jehová, Dios nuestro, sálvanos, te ruego, de sus manos,
para que sepan todos los reinos de la tierra que solo tú, Jehová, eres
Dios».
Senaquerib, rey de Asiria |
¿Notamos la secuencia de eventos? Primero, Ezequías oye las palabras amenazantes de los embajadores de Asiria. Después, toma la carta del rey asirio, la lee, y sube al Templo, a la casa de Dios, y, ubicado en un lugar en el que podía estar (recordemos que al rey no le estaba permitido entrar ni al Lugar Santo ni al Santísimo, pues no era sacerdote o el Sumo sacerdote de Israel), extendió la carta ante Dios, y comenzó a orar.
Ezequías hizo algo: acercarse a Dios, buscar a Jehová, en un momento en el que él, como rey, estaba amenazado, y la nación estaba en peligro. Evidentemente, hemos de concordar en el hecho de que era una situación de urgencia, era necesario acudir a Dios por ayuda. Sin embargo, en las Escrituras vemos que Ezequías era un hombre con una historia personal de acercarse a Jehová, desde muy joven. No era casualidad o deseos de "salvar el pellejo", en ese momento de dificultad lo que impulsó a Ezequías a acercarse a Dios, puesto que él había desarrollado una relación personal e íntima con Jehová, estuviera en buenos tiempos o en tiempos de dificultad, como este.
Acercarse a Dios es una necesidad. Necesitamos a Dios: Su guía, Su ayuda, Su provisión, Su sustento, Su amor. Necesitamos todas las cosas que Dios puede y quiere darnos, pero hay que acercarse a Él. Jesucristo mencionó a la mujer samaritana que el Padre "busca" a quienes le adoren en espíritu y verdad. El Padre busca a personas de esa clase, y Ezequías evidentemente, era una persona que entendía que la realidad de Dios estaba más allá de un Templo, o del Arca del Pacto. Sabía que Jehová es el Rey del Universo, el Dios Vivo, Aquel que está sentado "sobre" poderosos seres espirituales, los querubines.
¿En qué resultó para Ezequías el acercarse a Jehová? Por medio del profeta Isaías, se le declaró que el rey de Asiria no podría ni disparar una flecha contra Jerusalén. "Aconteció que aquella misma noche salió el ángel de Jehová y mató en el campamento de los asirios a
ciento ochenta y cinco mil hombres. A la hora de levantarse por la
mañana, todo era cuerpos de muertos."
¿Qué pasó con el amenazante Senaquerib? "Entonces Senaquerib, rey de Asiria, partió y regresó a Nínive, donde se quedó. Y aconteció que mientras él adoraba en el templo de Nisroc, su dios,
sus hijos Adramelec y Sarezer lo hirieron a espada y huyeron a tierra de
Ararat. En su lugar reinó Esar-hadón, su hijo".
Resumen de los acontecimientos: los asirios, con su poder militar, fueron vencidos aquella misma noche por el ángel de Jehová, 185.000 de ellos. En la mañana, al día siguiente, en la que se suponía que Jerusalén estaría arrasada, era el ejército asirio el arrasado y destruido. Derrotado, Senaquerib, el desafiante, tuvo que regresar a Nínive, y allí, se cumplió la palabra de Jehová, pues este rey fue asesinado por sus hijos, y reemplazado por otro rey.
¿Cómo entender que el día anterior, esté la ciudad de Jerusalén amenazada, aparentemente perdida y derrotada, y a la mañana siguiente, los asirios estaban muertos? ¿Qué hizo que cambiara la historia en apenas 24 horas?
La clave fue el acercarse a Dios. Ezequías buscó a Jehová, y Jehová respondió. Cierto, mientras Ezequías estaba angustiado en el Templo, orando, no sabía cómo respondería Jehová. Pero sabía que lo haría.
Esta historia nos demuestra, como tantas otras que están en las Escrituras, los resultados de acercarse a Jehová. En estos tiempos en los que vivimos, es más urgente y necesario el acercarse a Dios. En la parábola de la viuda y el juez, Jesucristo ilustró la necesidad de "orar siempre sin desistir". ¿Por qué? Por que sabía que en estos tiempos, se necesita aferrarse a Dios, acercarse a Él, y quedarse cerca de de Él. Sólo Jehová ofrece protección, amor, espíritu santo, luz y verdad.
No importa qué circunstancias tengamos o hayamos tenido, tenemos necesidad de acercarnos a Dios. Buscarlo a través de la oración, entender que Jehová no está limitado o confinado a un esquema de creencias, religiones o iglesias. El Dios del Cielo es el que da vida y sustento, no ningún hombre, u organización humana. Cierto es que en estos tiempos, muchos buscan aferrarse a algo: líderes políticos, iglesias, organizaciones sociales. ¿Es acertado eso? Los resultados hablan por sí solos.
Quien es consciente de su necesidad espiritual, entiende y actúa en consecuencia de buscar a Dios, pues sólo Jehová provee y da lo que necesitamos. Muchas personas tienen necesidades de todo tipo: mentales, emocionales, espirituales, y económicas. El asunto es cómo afrontar esas necesidades de la manera correcta. El día que una persona entiende que no necesita intermediarios para acercarse a Dios, y que él o ella puede hacerlo, y obtener resultados, entiende la veracidad de las palabras de Palo sobre la fe:
De
hecho, sin fe es imposible agradar a Dios.
Todo el que desee acercarse a
Dios
debe creer que Él existe y que
Él recompensa a los que lo
buscan
con sinceridad.