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Los Símbolos Bíblicos


El símbolo:

Qué es
Un símbolo es la representación abstracta de algo concreto.

El símbolo es la forma de exteriorizar un pensamiento o una idea, haciendo comprensible un concepto abstracto, por medio de un signo, que posee un significado.

El símbolo es entonces, algo con significado. Ver el símbolo hace que se piense en lo que representa.

Nuestra mente no sólo piensa, sino que también imagina, crea imágenes. Y la imagen es una forma de comunicación humana, pues transmite una idea, pero usando los signos visuales para transmitir una idea.



El símbolo tiene comprensión inmediata: ver por ejemplo, un semáforo en rojo, es una doble señal, para el peatón, de que puede avanzar, y para el conductor de un automóvil, es la señal de parar.






El
símbolo
bíblico
El arcoiris es un ejemplo de un símbolo bíblico. Fue la señal que dio Jehová a la Humanidad de nunca más destruirla por medio de un Diluvio.




Un arcoiris es la interacción de diversas formas de energía, y nuestros ojos lo perciben como una imagen hermosa, elegante, que transmite Paz. 

El símbolo bíblico es, como lo ejemplifica el arcoiris, un vehículo comunicante de una idea, una verdad, o un concepto que Dios desea dar a conocer.   

Verdades espirituales, los oráculos proféticos, las cosas futuras no vistas y lo eterno, ha sido representado por medio de símbolos, pues ha sido el placer del Gran Autor de las Escrituras el enseñar, usando el poder de la imagen y de la imaginación, para mostrar los secretos sagrados de la Persona Divina, la Providencia y de la gracia.




El simbolismo bíblico es uno de los asuntos más difíciles y complejos con que tiene que tratar todo estudiante de las Escrituras, y buscador de la verdad divina y espiritual. 

El profeta Daniel reconoció ante el Rey Nabucodonosor que existe "un Dios en los Cielos que es un Revelador de Secretos" (Daniel 2:28). Nabucodonosor había soñado con un símbolo: una imagen pavorosa, con cabeza de oro, pechos y brazos de plata, vientre y muslos de cobre, piernas de hierro y pies de hierro y barro.

Era labor de Daniel interpretar al símbolo. Darle un significado, por eso buscó la guía de Jehová en oración y le fue revelado el significado del símbolo, es decir, del sueño de Nabucodonosor. 

¿Por qué Jehová usa el símbolo? ¿No es mejor decir directamente qué es o significa una cosa y listo? 

El carácter místico y enigmático del símbolo, exige un conjunto de cualidades y actitudes espirituales, que no muchos están dispuestos a tener, a fin de conocer el significado de dicho símbolo. Por ejemplo, los apóstoles pidieron a Jesús que les interpretara el significado de la parábola del trigo y la mala hierba. Ellos no fueron los únicos que escucharon a Jesús hablar de la parábola, pero sí demostraron ser los únicos interesados en aprender el trasfondo y significado de la parábola. 

"¿No son de Dios las interpretaciones?", diría el José, soñador e intérprete de sueños (Génesis 40:8). Su pregunta es una afirmación: es a Jehová a Quien pertenece la interpretación del símbolo bíblico. De esa manera, Él se asegura de transmitir el verdadero conocimiento a quienes Él desee darlo.   







Símbolos
bíblicos:

Ejemplos

El árbol del conocimiento del Bien y el Mal es, en sí mismo, un símbolo. Los querubines y la espada flameante colocados al oriente del Edén, son otros símbolos (Génesis 3:24).

La zarza ardiendo en Horeb (Éxodo 3:2) y las 10 plagas de Egipto, las columnas de nube y de fuego que iban delante de los israelitas (Éxodo 13:21) eran cosas simbólicas. 



Son todos símbolos, excepcionales, por haber sido milagros. Milagros, hechos poderosos que significan la actividad poderosa y trascendente de Dios en la historia humana. 

Los símbolos bíblicos más numerosos son los de visiones,  y sueños de los profetas. 

Si recordamos el contenido de libros proféticos, como los de Ezequiel, Amós, Zacarías, y Apocalipsis, son visiones, símbolos que requieren de una interpretación para tener una comprensión de su significado. 

También son símbolos bíblicos, con valor didáctico, el tabernáculo, el arca del pacto, el propiciatorio, los sacrificios y ofrendas, y los lavamientos ceremoniales exigidos por la Ley, el agua del bautismo y el pan y el vino en la Cena del Señor. 



El símbolo bíblico, necesita ser interpretado. ¿Cómo? ¿Puede cualquier persona comprender plenamente la simbología bíblica? Las Escrituras indican que Dios revela la interpretación, y luego es la interpretación la que se da a conocer. Símbolo y significado son enseñados, ya siendo interpretados con la guía de Dios. Ejemplo de ello, lo tenemos en la carta a los Hebreos, en la que el apóstol Pablo expone el significado espiritual del Tabernáculo y sus objetos, como ejemplos o tipos de una realidad espiritual mayor: Jehová, en Su exquisita grandeza, y la adoración que se le rinde con espíritu y con verdad, por medio del Sacerdocio de Cristo Jesús, como Sacerdote del orden de Melquisedec.







El Arca del Pacto:

símbolo 
de la Presencia
de Dios


El arca del Pacto era una especie de caja sagrada, ubicada en el Santísimo del Tabernáculo, y que después se colocó en el templo construido por Salomón. Fue Jehová quien tuvo la idea de hacerla, dando detalles de su diseño y elaboración. Vale la pena señalar que es lo primero que Jehová le instruye a Moisés construir, al darle las instrucciones para realizar el Tabernáculo.

El Arca del Pacto era el objeto principal y más importante de todo Israel. Estaba hecho de madera de acacia, revestido de oro puro por dentro como por fuera. 



Dentro del Arca, estaban las dos tablas del Decálogo o Diez Mandamientos, escritos por el "dedo" de Dios. Una jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que echó botones.

El Arca del Pacto era un símbolo de la presencia de Dios. Así lo dispuso Jehová, quien dijo a Moisés:

“Allí de veras me presentaré a ti, y hablaré contigo desde más arriba de la cubierta, entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio" 

"En una nube apareceré encima de la cubierta" 

(Éxodo 25:22; Levítico 16:2).

Es decir, fue Jehová quien creó el símbolo, y dio su significado: la Presencia de Dios, en medio de Israel.


Solo el Sumo Sacerdote de Israel podía contemplar esta Arca, ubicada en el Santísimo y verla un día al año, durante el Día de Expiación. 

¿Qué significaba el Arca, como símbolo de la Presencia de Dios?

En tiempos del Éxodo, cuando el pueblo levantaba el campamento, el Arca y la nube de Jehová iban adelante. Al cruzar el Jordán, Jehová detuvo el caudal del río cuando los sacerdotes que llevaban el Arca pisaron las aguas de la orilla, y de ese modo se les permitió cruzar por tierra seca. Y al marchar alrededor de Jericó, los soldados israelitas iban delante, seguidos de 7 sacerdotes que tocaban el cuerno, luego iba el Arca y por último, las fuerzas de retaguardia. 

El Arca del Pacto garantizaba el éxito, la paz, prosperidad y bendición de Dios sobre Israel. Era una representación de Dios y Su presencia en la Tierra, símbolo de la reunión y habitación de Dios con Su pueblo, tanto en el tiempo como en la eternidad. 



El Arca del Pacto estaba en el Santísimo, separada de un compartimiento llamado Lugar Santo. En este, los sacerdotes oficiaban a favor del pueblo. Los dos departamentos del "Lugar Santo" y el "Santísimo" naturalmente representarían la doble relación, la divina y la humana. El "Santo de los Santos", o "Santísimo", siendo el lugar especial de la morada de su testimonio y relación para con su pueblo; el "Lugar Santo", con un sacerdote ministrante, el altar del incienso, mesa del pan de la proposición y candelabro, expresaba la relación para con Dios de los verdaderos adoradores.

Los dos sitios, sólo separados por el velo, denotaban, por consiguiente, por una parte, lo que Dios es, en su gracia condescendiente para con su pueblo y, por la otra, lo que su pueblo redimido, sal de la tierra y luz del mundo, es para con él. Era conveniente que lo divino y lo humano se distinguiesen así.

Pero la más elevada devoción continua de Israel hacia Dios está representada por el altar del incienso, situado inmediatamente delante del velo y enfrente del propiciatorio. La ofrenda del incienso era un símbolo expresivo de las oraciones de los santos (Salmo 141:2; Revelación 5:8; 8:34) y toda la multitud del pueblo acostumbraba orar afuera a la hora de ofrecer el incienso. Jehová se complacía en "habitar entre las alabanzas de Israel" (Salmo 22:3) porque todo lo que su pueblo puede ser y hacer en su relación de consagración hacia Él, se expresa en sus oraciones ante el altar y el propiciatorio.

He aquí un punto importante: la relación de los adoradores con Jehová. El Arca del Pacto, símbolo de la Presencia de Dios, tenía dentro de sí la Ley, un jarro con maná y la vara de Aarón que echó flores. Eso nos indica que sólo en Dios tenemos la Verdad, la Ley Eterna por la cual regirnos, y sólo en Él hay Provisión y Bendición eternas, representadas en Jesucristo, el "Maná del Cielo".  Además, es Jehová quien provee el sacrificio de Jesucristo y el Sacerdocio a la manera de Melquisedec, para redirigir a la Humanidad hacia Dios.

Sobre el Arca del Pacto había una Luz: la Shekináh, la evidencia milagrosa de la Presencia de Dios. Era la única luz del Santísimo, a diferencia del Lugar Santo, iluminado por el candelabro de oro, alimentado con aceite de oliva. 


La Presencia de Dios en nuestras vidas, simbolizada por el Arca del Pacto, nos transmite la idea de Luz, Verdad, Paz, Provisión y Amor. ¿Cómo conectarnos con esa Presencia bendita? Es por medio de esa oración, que cual incienso fragante, puede ascender a los Cielos, al corazón de Dios, y traducirse en iluminación, paz y verdad en nuestras vidas. Contar con la realidad simbolizada por el Arca del Pacto nos ayuda a tener una perspectiva divina sobre las cosas. Dios no está sujeto a diferencias, a los vaivenes emocionales o situacionales. Es firme como una Roca, listo para proteger y guiar a Sus hijos e hijas amados.






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