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Tener la Mente Equipada: ser una persona con entendimiento espiritual



¿Quién no quisiera tener una mente bien equipada, con la sabiduría de Dios?  

Las Escrituras hacen mención de 3 cualidades de la mente que son parte de la sabiduría divina:


SOPHIA. SUNESIS. PHRONESIS.

ES DECIR: 

CONOCIMIENTO. ENTENDIMIENTO. SABIDURÍA PRÁCTICA.
Analicemos una de ellas: el ENTENDIMIENTO. 

Qué es el entendimiento, según las Escrituras 

Una persona debe comenzar a adquirir conocimiento exacto, lo más temprano que pueda en su vida. Sin embargo, la mente humana no es solamente un gran "disco duro" que almacena información. Necesitamos darle uso práctico a ese conocimiento, para saber qué hacer o qué evitar hacer en un momento dado. Por ello, necesitamos entendimiento. La palabra griega que se traduce entendimiento es sunesis, que significa literalmente "unión", "encuentro", confluencia; es, ciertamente, la facultad de unir por parejas.

El entendimiento de acuerdo a lo que enseñan las Escrituras, es la facultad de saber evaluar inteligentemente una situación, lo que da fundamento y fuerza al coraje personal.  

El entendimiento es crítico, nunca crédulo, o convencido de buenas a primeras.

Es la facultad de distinguir entre las diversas formas de acción posibles según los diferentes valores de las cosas y las diversas situaciones y relaciones que se dan entre las gentes. El hombre o mujer con entendimiento, tiene la habilidad de probar, distinguir, criticar, evaluar y formar juicios sobre cualquier asunto. Y en asuntos relacionados con la espiritualidad, Dios y Sus propósitos, esta cualidad es indispensable, para ser una persona como la que describe el apóstol Pablo, en su carta a los efesios:

De este modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, para ser un hombre (o mujer) maduro, a la medida de estatura que se conforme a la plena estatura de Cristo. Así ya no seremos niños, zarandeados por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza y por la astucia y los artificios de quienes emplean artimañas engañosas.

Efesios 4:13, 14 
 
Hay una medida de estatura que se conforma a la plena estatura del Cristo. Jehová nos va formando, y nos va guiando, cual barro en vasos del alfarero, para moldearnos, ayudándonos a tener la mente de Cristo. Para ello, el entendimiento nos permite captar el sentido de las cosas. Nos hace entender, ser capaces de estructurar mentalmente qué significa la enseñanza divina.

Un hombre o mujer con entendimiento no es un niño espiritual, que sólo puede alimentarse de leche, o de lo básico. Ya conoce lo básico sobre Cristo. Pablo contrasta a la persona madura en Cristo con los bebés en Cristo. Los bebés en Cristo, los que no han hecho avances y progresos para conformar su vida y personalidad a las enseñanzas espirituales del Maestro, son los que son zarandeados por las olas, por los vaivenes de enseñanzas y artimañas, que cual trucos, seducen a los cándidos.

Entendimiento: ¿cómo obtenerlo?   

No se logra de la noche a la mañana, no es un programa tipo "pague ya y en 24 horas lo tiene". Hay que pagar el precio en términos de tiempo, esfuerzo, adquirir conocimiento, y poner en práctica lo que se aprende. 

En Santiago 1:5-8, se exhorta a que sigamos pidiendo a Dios sabiduría:

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento. Quien es así no piense que va a recibir cosa alguna del Señor; es indeciso e inconstante en todo lo que hace. 

El razonamiento de Santiago es: "¿no tienes sabiduría? No te preocupes. Pídesela a Dios, que Él te la dará, pero pídela con fe, sin dudar, y sé constante en lo que pides". Podemos pedir a Jehová que nos dé sabiduría, en la forma de entendimiento en todas las cosas. Necesitamos entendimiento con respecto de nosotros mismos, sobre nuestras relaciones con otras personas, sobre los tiempos que estamos viviendo.  

El profeta Daniel es un ejemplo de una persona con entendimiento. A lo largo de todo el libro que escribió, se evidencia que era una persona con esta cualidad. Por ejemplo, su entendimiento del punto de vista del Jefe de guardia que le cuidaba a él y sus 3 amigos, sobre la comida que Nabucodonosor les había impuesto, le hizo manejar la situación de modo que nadie salió perjudicado, ni Nabucodonosor, ni los guardias, ni los cocineros, ni él y sus 3 amigos. Y se mantuvo fiel, guardando las leyes dietéticas. 

Daniel también fue un hombre de oración, y eso refleja que era alguien con entendimiento. Ser una persona de oración constante nos ayuda a estar alertas, y firmes en la fe. Y fue su entendimiento sobre el cumplimiento de la profecía de los 70 años de desolación de Jerusalén predichos por Jeremías, en Jeremías 25:11, lo que le hizo discernir que el fin de los 70 años estaba cerca, y recibir la bendición adicional de conocer de boca del ángel Gabriel, la profecía de las 70 semanas de años, que predecía la venida del Mesías.

De esto podemos concluir sobre los varios beneficios de tener entendimiento: nos permite disfrutar de paz y buenas relaciones con otras personas, resolver problemas de una forma armónica y exitosa, y nos permite disfrutar de una íntima relación con Jehová y entendimiento sobre el desarrollo de Su voluntad y propósito. Sí, de veras vale la pena equipar nuestra mente con entendimiento.  

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