Disturbios sociales ponen en jaque a los gobernantes árabes
Para muchos mandatarios árabes, este 2011 comenzó con mal pie. En Egipto se manifestaron los cristianos coptos. En Argelia y Jordania los jóvenes salieron a la calle para protestar contra el desempleo y los altos precios, y en Túnez el presidente Ben Ali tuvo que irse.
Y es que, si bien los régimenes árabes han adoptado la misma táctica para luchar contra los islamistas -presionarlos con la policía y reclamar más tolerancia con la diversidad religiosa- lo que aún no lograron es encontrar una receta contra la ira de los jóvenes frustrados que ahora se enfrentan a ellos desde las calles.
En Jordania, miles de personas volvieron a manifestarse hoy contra el gobierno, incluso después de que el Ejecutivo acordase esta semana un paquete de medidas para frenar las recientes subidas de precios que ya generaron una primera ola de protestas.
La mayor parte de quienes salieron a las calles y se congregaron ante las mezquitas no pertenecen a los opositores Hermanos Musulmanes, que junto a los sindicatos convocaron para este domingo una manifestación para reclamar reformas políticas.
Los manifestantes de hoy -la mayoría procedentes de los estratos más pobres- reclamaron la dimisión del gobierno del primer ministro del país, Samir Rifai, quien tan sólo un día antes había asegurado que comprende las dificultades económicas de la población.
"Respetamos el derecho de los ciudadanos a expresar su opinión en el marco de la ley", dijo Rifai, que a renglón seguido aseguró que su Ejecutivo salvaguardará "los intereses del país y del pueblo" y que los defenderá ante cualquiera que quiera aprovecharse de la situación para dañar los bienes públicos o privados".
Los disturbios sociales y las protestas espontáneas de las últimas semanas inquietan no sólo a los dirigentes de los países afectados sino también a los europeos, pues el creciente desempleo y la corrupción en los países al sur del Mediterráneo empujan cada vez más a los jóvenes árabes a buscar su suerte como emigrantes ilegales en España, Italia y otras naciones comunitarias.
El modelo a seguir por la población insatisfecha de la región son los tunecinos, que en los últimos 20 años fueron más pacíficos y apolíticos que muchos otros pueblos árabes.
Pocos días después de las primeras protestas violentas en Túnez, también los jóvenes argelinos salieron a la calle, aunque sus protestas han disminuido después de que el gobierno anunciara fuertes bajadas de los precios de los alimentos.
"El ejemplo de Túnez muestra a los ciudadanos de todas partes que si se organizan bien y actúan, pueden conseguir lo que quieren, siempre que estén dispuestos a pagar un precio por ello", apuntaba hoy en un editorial el diario egipcio independiente "Al-Shorouk".
También Egipto y Jordania sufren problemas similares a Tunez y Argelia: un elevado desempleo juvenil, el aumento de los precios de la energía y los alimentos y una corrupción y nepotismo que evitan que los más pobres puedan beneficiarse del crecimiento económico. Sin embargo, las generaciones jóvenes de Túnez y Argelia pueden organizarse mejor que la de Egipto, donde el sistema educativo es considerado catastrófico.
En esta ocasión, los islamistas no son la fuerza motriz de las protestas. Al contrario. Las revueltas han sorprendido a los partidos extremistas islámicos y grupos insurgentes tanto como a los propios gobernantes. De hecho, algunos de estos grupos aún intentan subirse al carro de las revueltas, aunque hasta ahora sin mucho éxito.
"No tienen nada que perder", asegura un mensaje de audio con fines proselitistas publicado esta semana en webs de países del Magreb bajo autoría de Al Qaida. "Envíennos a sus hijos para que aprendan como emplear las armas", añade. Así, aseguran los extremistas, "podrán luchar contra los sionistas y cristianos que encubren a sus corruptos gobernantes".
En Jordania, miles de personas volvieron a manifestarse hoy contra el gobierno, incluso después de que el Ejecutivo acordase esta semana un paquete de medidas para frenar las recientes subidas de precios que ya generaron una primera ola de protestas.
La mayor parte de quienes salieron a las calles y se congregaron ante las mezquitas no pertenecen a los opositores Hermanos Musulmanes, que junto a los sindicatos convocaron para este domingo una manifestación para reclamar reformas políticas.
Los manifestantes de hoy -la mayoría procedentes de los estratos más pobres- reclamaron la dimisión del gobierno del primer ministro del país, Samir Rifai, quien tan sólo un día antes había asegurado que comprende las dificultades económicas de la población.
"Respetamos el derecho de los ciudadanos a expresar su opinión en el marco de la ley", dijo Rifai, que a renglón seguido aseguró que su Ejecutivo salvaguardará "los intereses del país y del pueblo" y que los defenderá ante cualquiera que quiera aprovecharse de la situación para dañar los bienes públicos o privados".
Los disturbios sociales y las protestas espontáneas de las últimas semanas inquietan no sólo a los dirigentes de los países afectados sino también a los europeos, pues el creciente desempleo y la corrupción en los países al sur del Mediterráneo empujan cada vez más a los jóvenes árabes a buscar su suerte como emigrantes ilegales en España, Italia y otras naciones comunitarias.
El modelo a seguir por la población insatisfecha de la región son los tunecinos, que en los últimos 20 años fueron más pacíficos y apolíticos que muchos otros pueblos árabes.
Pocos días después de las primeras protestas violentas en Túnez, también los jóvenes argelinos salieron a la calle, aunque sus protestas han disminuido después de que el gobierno anunciara fuertes bajadas de los precios de los alimentos.
"El ejemplo de Túnez muestra a los ciudadanos de todas partes que si se organizan bien y actúan, pueden conseguir lo que quieren, siempre que estén dispuestos a pagar un precio por ello", apuntaba hoy en un editorial el diario egipcio independiente "Al-Shorouk".
También Egipto y Jordania sufren problemas similares a Tunez y Argelia: un elevado desempleo juvenil, el aumento de los precios de la energía y los alimentos y una corrupción y nepotismo que evitan que los más pobres puedan beneficiarse del crecimiento económico. Sin embargo, las generaciones jóvenes de Túnez y Argelia pueden organizarse mejor que la de Egipto, donde el sistema educativo es considerado catastrófico.
En esta ocasión, los islamistas no son la fuerza motriz de las protestas. Al contrario. Las revueltas han sorprendido a los partidos extremistas islámicos y grupos insurgentes tanto como a los propios gobernantes. De hecho, algunos de estos grupos aún intentan subirse al carro de las revueltas, aunque hasta ahora sin mucho éxito.
"No tienen nada que perder", asegura un mensaje de audio con fines proselitistas publicado esta semana en webs de países del Magreb bajo autoría de Al Qaida. "Envíennos a sus hijos para que aprendan como emplear las armas", añade. Así, aseguran los extremistas, "podrán luchar contra los sionistas y cristianos que encubren a sus corruptos gobernantes".
Nota:
Recordemos la profecía del Apocalipsis 16:1-2
Las siete copas de la ira de
Dios
2 El primer ángel fue y derramó su copa sobre la tierra, y a toda la gente que tenía la marca de la bestia y que adoraba su imagen le salió una llaga maligna y repugnante.
Este es el derramamiento de la primera copa de la ira de Dios, La profecía indica que esta es derramada sobre la Tierra. ¿Qué es esta Tierra? Es el componente o sistema político de este mundo, surgido en el mundo desde los días de Nemrod, en la Mesopotamia antigua.
La gente que tiene la marca de la bestia, es decir, aquella que ha hecho de los gobiernos políticos y organizaciones políticas, militares y sociales su "dios", y que ha adorado la imagen de esta bestia, representada por la ONU, llega a tener una llaga maligna y repugnante. Esta llaga maligna y repugnante recuerda a la 6ta plaga de Egipto, en la que llagas malignas llegaron a salirle a la gente, aquellos egipcios que se aferraron a la idea de que Faraón era su dios, mientras le daban la espalda a Jehová, el Único Dios Verdadero.
La cólera de Dios se manifiesta, no solamente en aquellos países que son de la llamada "tercera parte" de la Humanidad "cristiana", sino que ahora, mediante el derramar de las copas, la ira de Dios es manifiesta en todas las naciones de la Tierra, cosa que se evidencia en esta noticia.
El que tenga ojos, que vea.