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El Día de Jehová



El   Día   de   Jehová 

¿Qué es?
La expresión Día de Jehová”, aparece casi 20 veces en toda la Biblia. Fueron los profetas Isaías, Ezequiel, Joel, Amós, Abdías, Sofonías, Malaquías, y los apóstoles Pedro y Pablo, los que hicieron referencia a este día singular en sus escritos.
Para conocer qué es el Día de Jehová, podemos leer directamente de algunos de los pasajes bíblicos que nos describen muy gráficamente ese Día.
Isaías lo describe así:
¡Aúllen, porque el día de Jehová está cercano! Como un despojo violento de parte del Todopoderoso vendrá. 7 Por eso, todas las manos caerán, y todo el corazón del hombre mortal se derretirá. 8 Y la gente se ha perturbado. Convulsiones y dolores de parto mismos se apoderan de ellos. Están con dolores como una mujer que está dando a luz. Se miran unos a otros con asombro. Sus rostros son rostros inflamados. 9 ¡Miren! Viene el mismísimo día de Jehová, cruel tanto con furor como con cólera ardiente, a fin de hacer que la tierra sea un objeto de pasmo, y para aniquilar a los pecadores de la tierra de en medio de ella. 10 Porque las estrellas de los cielos y sus constelaciones Kesil no despedirán su luz. El sol realmente se oscurecerá al salir, y la luna misma no hará brillar su luz. 11 Y ciertamente demostraré indisputablemente sobre la tierra productiva su propia maldad, y sobre los malvados mismos el propio error de ellos. Y realmente haré cesar el orgullo de los presuntuosos, y la altivez de los tiranos abatiré. 12 Haré que un simple hombre mortal sea más raro que el oro refinado, y al hombre terrestre más raro que el oro de Ofir. 13 Por eso haré que el cielo mismo se agite, y la tierra se mecerá y moverá de su lugar ante el furor de Jehová de los ejércitos y ante el día de su cólera ardiente.
Isaías 13:6-13
Esta cita que acabamos de leer es el único “Día de Jehová” que se dice que ocurrió en el pasado, y se refiere a la caída de Babilonia, ocurrida en el 539 a. C. Ciertamente, Jehová ejecutó juicios en la antigüedad contra naciones como Egipto, Asiria, Edom o Moab, y hasta la propia nación de Isarel sufrió ejecuciones de juicio divino, pero nunca se refiere a estos sucesos de juicio como el Día de Jehová.
La descripción que hacen todos los escritores bíblicos que hablaron de ese Día de Jehová es similar, y se refiere a un evento singular en la historia de la Humanidad. El profeta Joel lo muestra así:  

Toquen un cuerno en Sión, y den un grito de guerra en la santa montaña. Que todos los habitantes de la Tierra estén agitados. ¡Porque viene el Día de Jehová, porque está cerca! 2 Es día de oscuridad y tenebrosidad, día de nubes y densas tinieblas.
Joel 2:1-2
Las Escrituras indican claramente que sólo existe un Día de Jehová. Se trata de un período de tiempo determinado por Dios, en el que Jehová actúa como Soberano de la Tierra, ejecutando un juicio contundente y definitivo, en el que se erradica la maldad y la injusticia en la Tierra.

¿Cómo será?

En las Escrituras se describe este Día como:
Día de batalla, día grande e inspirador de temor, día de oscuridad y cólera ardiente, día de furor, aflicción, angustia, desolación y alarma. Es día de zozobra, día de tempestad, de tenebrosidad, día de nubes y de densas tinieblas. Durante ese período de gran tribulación, el dinero no servirá para nada, porque “Ni su plata ni el oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová” (Sofonías 1:18).
Hasta el profeta Zacarías menciona que durante el Día de Jehová sucede algo inaudito:
Y tiene que llegar a ser un día que es conocido como perteneciente a Jehová. No será día, tampoco será noche; y tiene que ocurrir que en el tiempo en que atardece se hará claro.
Zacarías 14:7
¿Se imagina que un buen día no se sepa si es de día o de noche, o que el atardecer parezca un amanecer? Pues hasta eso se describe que sucede en el Día de Jehová.

En ese temible día hay fenómenos celestes: como “El sol y la luna mismos, que ciertamente se oscurecerán, y las estrellas mismas realmente ya no brillarán”. Eso pasa en los Cielos, ¿y en la Tierra?
El profeta Miqueas indica:
“Las montañas tienen que derretirse bajo Jehová, y las llanuras bajas se henderán, como cera debido al fuego, como aguas que se derraman por un lugar empinado” (Miqueas 1:4).
Esto muestra que la intervención divina tendrá consecuencias catastróficas en la Tierra y sus habitantes.
El profeta Habacuc escribió que Jehová desmenuzará “las montañas eternas” y aplastará “las colinas de duración indefinida”. Una gran plaga sufrirán quienes luchen contra Dios, pues “se pudrirá su carne estando ellos aún de pie, y se pudrirán sus ojos en sus cuencas, y su lengua se pudrirá en su boca” (Zacarías 14:12).

El Día de Jehová:
Cómo lo describen los apóstoles Pedro y Pablo
Ambos hicieron referencia al Día de Jehová, como un período de tiempo en el que los cristianos debían tener una actitud espiritual muy particular. ¿Por qué? Leamos lo que ellos escribieron:
Pablo:
Ahora bien, en cuanto a los tiempos y a las sazones, hermanos, no tienen necesidad de que se les escriba nada. 2 Porque ustedes saben muy bien que el Día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. 3 Cuando los hombres estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta. Y de ninguna forma podrán escapar.
4 Pero ustedes, hermanos, ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones, 5 porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad.
1 Tesalonicenses 5:1-5
El apóstol inicia su exposición sobre el Día de Jehová, diciendo a los tesalonicenses que ellos sabían muy bien cosas referentes a tiempos y sazones de Dios, y no tenían necesidad de que él les escribiera mayor detalle sobre ese Día. Llama la atención la frase “tiempos y sazones”, porque se refiere a tiempos señalados en el cronograma de Jehová. Dios siempre ha sabido el día y la hora de ese Día, desde su comienzo hasta su fin, cómo será, qué pasará, y qué resultados tendrá. Si bien es cierto que el entendimiento sobre el Día de Jehová se ha ido revelando con el transcurrir del tiempo, Jehová siempre ha tenido ese Día y los sucesos que deben ocurrir en ese Día bajo Su control y voluntad. Por ello, nada hay que temer, al manifestarse los acontecimientos que ocurran durante dicho período de juicio divino.


 Pablo no habla de fechas de inicio del Día de Jehová, pero da una señal: Cuando los hombres estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”. Al ocurrir esto, “entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta. Y de ninguna forma podrán escapar”. Es algo sin duda, impactante. Mientras los hombres proclaman ¡Paz y seguridad!, Jehová inicializa una repentina destrucción.
Sin embargo, Pablo añade un detalle: “Viene exactamente como ladrón en la noche”. ¿Avisará Dios a sus enemigos cuándo comienza el fin? ¿Les advierte? De ninguna manera, los que proclaman Paz y Seguridad, son los que deberían ser tomados de forma desprevenida, así como toma por sorpresa a una persona un inesperado robo en la noche.
A los enemigos de Dios, el fin les viene sorpresivamente. Por otro lado, Pablo dice a los tesalonicenses sobre el Día de Jehová:
Ustedes, hermanos, ustedes no están en oscuridad, para que aquel día los alcance como alcanzaría a ladrones, 5 porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no pertenecemos ni a la noche ni a la oscuridad.

Estas palabras implican que los cristianos verdaderos son hijos de la luz, del día, y por tanto, están muy al tanto de cómo se materializa el cumplimiento de las profecías sobre el Día de Jehová. La ignorancia y la inconsciencia sobre ese Día, pertenece a los que están en la noche, en la oscuridad, en ese no prestar atención a la palabra profética que se cumple inexorablemente.
Sin duda alguna, prestar atención a no estar en oscuridad sobre los tiempos y las sazones de Dios, no era opción para los cristianos de Tesalónica del Siglo I, ¿y es una opción válida hoy día? Evidentemente, no.
Veamos qué plantea Pedro sobre el Día de Jehová:
10 Sin embargo, el Día de Jehová vendrá como ladrón, y en este los cielos pasarán con un ruido de silbido, y los elementos, estando calientes con intensidad, serán disueltos, y la tierra y las obras que hay en ella serán descubiertas.
11 Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos de conducta santa y hechos de devoción piadosa, 12 esperando y teniendo muy presente la presencia del Día de Jehová, por el que los cielos, que están encendidos, serán disueltos, y los elementos, estando intensamente calientes, se derretirán!
13 Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según la promesa de Dios, y en estos morará la justicia.
2 Pedro 3:10-13
Pedro también se refiere al inicio repentino del Día de Jehová como la venida de un ladrón, y describe un escenario de mucho calor, de elementos muy calientes, que disolverán todo aquello que ha de ser destruido. Las obras hechas por los malvados y las mentiras, serán descubiertas.

Todo ha de ser disuelto, puesto a la luz. Pero los cristianos deben ser de un calibre espiritual diferente: deben ser una clase de personas con una conducta diferente al resto de la gente, y esperando y teniendo muy presente la Presencia del Día de Jehová.
Esta frase hace que nos preguntemos:
El Día de Jehová, ¿es algo que realmente espero y tengo muy presente en mi vida?
¿He hecho de Jehová mi refugio antes de que inicie ese Día?
El profeta Sofonías responde a esta pregunta con esta exhortación:
“Antes que el estatuto dé a luz alguna cosa, antes que el día haya pasado como el tamo, antes que venga sobre ustedes la cólera ardiente de Dios, antes que venga sobre ustedes el día de la ira de Jehová, busquen a Jehová, todos ustedes, los mansos de la tierra, los que han practicado Su decisión judicial. Busquen la justicia, busquen la humildad ante Dios. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová” (Sofonías 2:2, 3).
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